18 feb 2016

LA VIDA EN MONTEVIDEO ANTIGUO

                                  VIDA DE MISERIA, ENTIERRO DE LUJO

   "En el siglo XX, las honras fúnebres comenzaron a sufrir grandes cambios. El antiguo velorio, que era mucho más alegre, con comidas y el cuerpo del difunto siempre presente, ganó en sobriedad y solemnidad.

   Fue en ese tiempo cuando las empresas de pompas fúnebres de nuestro país comenzaron a competir en lujos para sus clientes. Era frecuente ver largas y doradas carrozas efectuando el recorrido habitual, rumbo a los cementerios.
   Se competía en lujo y calidad, aunque muchas veces el fallecido hubiera vivido modestamente.

   Comenzó a ser habitual vivir en forma sencilla y morir rodeado de gran lujo. Los inmigrantes italianos y españoles solían continuar, en nuestras tierras, con la tradición europea de vivir con grandes sacrificios, y al morir, sus familiares les tributaban el homenaje de realizar su sepelio con gran lujo y pompa.
   Hoy esa costumbre ha ido quedando en el olvido y las ceremonias funerarias son más sencillas."

                                 EL VELÓDROMO NACIONAL

  " Durante los primeros días de octubre de 1901, se preparó la inauguración del Velódromo Nacional.
   El segundo domingo de octubre, con una asistencia masiva de personalidades uruguayas, quedó oficialmente inaugurado el gran espacio público para la competencia de velocípedos, según el término utilizado por la prensa de la época.
   El lugar lucía sus mejores galas para recibir a una selecta concurrencia.
   Las competencias ciclísticas que se realizaron, fueron a beneficio de la Asociación de Enseñanza Católica de Niños Pobres.
   En la llamada "pelouse", adornada elegantemente con grupos de plantas y grandes paraguas, el número de familias superó todos los cálculos de los organizadores.
   Las diversas carreras enfervorizaron a los asistentes, que aplaudían y lanzaban vítores a los gallardos competidores. Los ganadores recibieron premios artísticos y lujosos, ofrecidos por la señora Margarita Uriarte de Heber Jackson.
   Los ciclistas vencedores obtuvieron un reloj de bolsillo, una cigarrera y fosforera de plata, un jarrito de metal blanco, una palmatoria de Christoffle, dos aros de servilletas de plata, anteojos de teatro, dos tinteros Art Nouveau, un cenicero de metal y un cortapapel."

(Extraído de "Crónicas del 900 (II).El Uruguay en imágenes. Mercedes Vigil/Raul Vallarino. Ed. Planeta 2007)

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