10 jun 2017

PAUTAS PARA REALIZAR UN ESCRITO DE LITERATURA


En los escritos el alumno debe mostrar que conoce el argumento y todos los recursos estudiados en el texto seleccionado. 
Está ya en tercer año y debe mostrar que posee las estrategias básicas para redactar y que ha venido reconociendo desde la etapa escolar. Un buen comentario de texto unido a una buena redacción y ortografía conducen a una buena calificación.
Desde el comienzo del año se insiste en que los esquemas no se aceptan, así como flechas, asteriscos y otras marcas. Para eso contamos con los signos de puntuación que ya todos conocemos.
El día del escrito el alumno puede consultar el texto durante solo tres oportunidades y este se encontrará en bancos especialmente puestos por la profesora. Cada vez que el alumno quiera consultar el texto se le marcará en su escrito para comprobar que no se excedan de esas tres. No afectará en nada la calificación final. Son solo "comodines" como les gusta llamarlo.



12 mar 2017

PROGRAMA DE LITERATURA PARA TERCER AÑO 2020

PROGRAMA DE LITERATURA PARA TERCER AÑO
LICEO 16. AÑO 2020
PROF. ADRIANA FOJO


1. GÉNERO NARRATIVO
  • HORACIO QUIROGA: "El solitario"
  • FRANCISCO ESPÍNOLA: " El hombre pálido" o "Rodríguez"
  • JULIO CORTAZAR : "Continuidad de los parques"
  • JUAN RULFO: " Es que éramos tan pobres" (lectura complementaria)
  • MARIO BENEDETTI: "Una carta de amor" (lectura complementaria)
2. GÉNERO DRAMÁTICO
  • FLORENCIO SÁNCHEZ: "Marta Gruni" o "El desalojo"
  • ROBERTO ARLT :"La isla desierta"
  • MAURICIO ROSENCOF: "¿Quién paga el pato?"
3. GÉNERO LÍRICO
  • JUANA DE IBARBOUROU: "La hora"
  • DELMIRA AGUSTINI :"Explosión" o "Amor"
  • LIBER FALCO: "Biografía"
  • MARIO BENEDETTI: "Hagamos un trato" (lectura complementaria)
  • IDEA VILARIÑO : "Ya no" (lectura complementaria)
4. GÉNERO LÍRICO-NARRATIVO
  • JOSÉ HERNÁNDEZ : "Martín Fierro"



2 mar 2017

FLORENCIO SANCHEZ

FLORENCIO SÁNCHEZ





Florencio Sánchez (1875-1910 ) es uno de los integrantes de la generación del 900. Escribió sainetes costumbristas sobre ambientes pobres suburbanos, dramas sobre el conflicto entre la vida rural tradicional y el impacto de la inmigración europea, tragedias, comedias dramáticas ye estudios en torno a los conflictos morales y psicológicos de la clase media urbana.
En la mayoría de sus obras, se refiere a la situación social de los más humildes y a las dificultades que deben enfrentar.
El teatro de Sánchez se distingue por su Realismo. El término "Realismo" se aplica al movimiento artístico y literario que surge a mediados del siglo XIX como reacción al Romanticismo. Busca describir el comportamiento humano, su entorno, las figuras y los objetos tal como aparecen en la realidad.

Obras:

  1. La gente honesta
  2. M´hijo el dotor
  3. Canillita
  4. Cédulas de San Juan
  5. La pobre gente
  6. La gringa
  7. Barranca Abajo
  8. Mano santa
  9. En familia
  10. Los muertos
  11. El conventillo
  12. El desalojo
  13. El pasado
  14. Los curdas
  15. La Tigra
  16. Moneda falsa
  17. El cacique Pichuleo
  18. Los derechos de la salud
  19. Nuestros hijos
  20. Marta Gruni
  21. Un buen negocio

¿Quiéres saber más? Entra a este enlace. 

EJERCICIO DE INVESTIGACIÓN:

1) EXPLIQUE LA FIGURA 1


2) EXPLICA DÓNDE ESTÁ ESTE MONUMENTO



MARTA GRUNI

Si entras aquí, puedes descargar la obra "MARTA GRUNI" en pdf.
http://www.biblioteca.org.ar/libros/71359.pdf




Marta Gruni fue estrenada en Buenos Aires por la compañía de Florencio Parravicini, en el teatro Argentino, el 5 de noviembre de 1908. Calificada por su autor como sainete , esta obra fue interpretada anteriormente a su estreno porteño por la compañía española de zarzuelas encabezada por Arsenio Perdiguero, el 7 de julio de 1908 en el Teatro Politeama, de Montevideo.
Debe notarse la capacidad de Sánchez para trasladar a la escena las angustias y conflictos de la gente pobre (Roberto Giusti)



Género: Dramático
Subgénero: Sainete
Estructura: 1 Acto y 3 CUADROS
Personajes: 

  • MARTA GRUNI
  • SEÑORA GRUNI
  • FIDELA
  • VECINA 1
  • VECINA 2
  • OBRERA 1
  • OBRERA 2
  • OBRERA 3
  • GRUNI
  • CANASTERO
  • MARCOS
  • STEFANO
  • EL CIEGO
  • VECINO 1
  • VECINO 2
  • CARRERO
  • AMANTE
  • PILLETE 1
  • PILLETE 2
  • OBREROS
  • OBRERAS
  • TRANSEÚNTES
  • VECINOS

Cuestionario:

  1. ¿Cuál es el argumento de la obra?
  2. ¿Cuáles son los personajes principales y los personajes secundarios?
  3. ¿Cuál es el espacio en que se desarrolla la acción?
  4. ¿Cuál es el tiempo en que se desarrollan los hechos presentados? (la acción puede abarcar muchos años, aunque la obra sólo dura pocos años)
  5. Reconoce si se trata de una comedia (drama con final feliz), de una tragedia (un conflicto sin salida que destruye al personaje principal) o una fusión de ambas.
  6. ¿Cuál es el tema de la obra?




1 mar 2017

LÍBER FALCO

LÍBER FALCO

Nació en Montevideo en 1906 y falleció en 1955. Trabajó en una imprenta, fue corrector de periódicos y aprendiz de peluquero, entre otros varios oficios.
Frecuentemente los temas de su poesía se relacionan con la soledad, la melancolía, la conciencia del transcurso del tiempo y de la fugacidad de la existencia.
Perteneció a la Generación del Centenario y se lo ha llamado el poeta del suburbio montevideano por su identificación con lo popular, su poesía sencilla y la expresión directa de las emociones.



FUERA LOCURA  (de Líber Falco)

Fuera locura pero hoy lo haría:
atar un moño azul en cada árbol.
Ir con mi corazón de calle a calle.
Decirle a todos que les quiero mucho.
Subir a los pretiles
gritarles que les quiero.
Fuera locura
pero hoy lo haría.


BIOGRAFÍA (de Líber Falco)

Yo nací en Jacinto Vera.
Qué barrio Jacinto Vera.
Ranchos de lata por fuera
y por dentro de madera.
De noche blanca corría,
blanca corría la luna, 
y yo corría tras ella.
De repente la perdía,
de repente aparecía,
entre los ranchos de lata
y por dentro madera.
Ah, luna, mi luna blanca,
¡luna de Jacinto Vera!

CUESTIONARIO:

  • Investiguen por qué ese barrio se llama Jacinto Vera. ¿Qué calles lo limitan?
  • Busquen la letra de alguna canción que se refiera a ese o  a otros barrios.


(Foto de Líber Falco junto a su esposa Dilia Fernández)

PABLO NERUDA

PABLO NERUDA

Nació en Chile en 1904. Fue representante diplomático de Chile en ciudades de Asia, Latinoamérica y España.
Luego de la publicación de " Veinte poemas de amor y una canción desesperada" (1924) se convirtió en uno de los poetas más leídos de Latinoamérica. En 1945 obtuvo, en Chile, el Premio Nacional de Literatura y algunos años después fue reconocido con el Premio Nobel de Literatura por su trayectoria literaria.
Los poemas de Pablo Neruda ponen de manifiesto la desesperación ante la existencia del hombre en un mundo que se destruye, la mirada crítica sobre la realidad política y social, la descripción de la geografía americana y la exaltación de la amada. Falleció en 1973.





POEMA 15
de
Pablo Neruda


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos,y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


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POEMA 20
de 
Pablo Neruda


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta, la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

("20 poemas de amor y una canción desesperada")

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ODA A LA CUCHARA
de
Pablo Neruda

CUCHARA,
cuenca
de
la más antigua
mano del hombre,
aún
se ve en tu forma
de metal o madera
el molde
de la palma
primitiva,
en donde
el agua
trasladó
frescura
y la sangre
salvaje
palpitación
de fuego y cacería.

Cuchara
pequeñita,
en la
mano
del niño
levantas
a su boca
el más
antiguo
beso
de la tierra,
la herencia silenciosa
de las primeras aguas que cantaron
en labios que después
cubrió la arena.

El hombre
agregó
al hueco desprendido
de su mano
un brazo imaginario
de madera
y
salió
la cuchara
por el mundo
cada
vez
más
perfecta,
acostumbrada
a pasar
desde el plato a unos labios clavelinos
o a volar
desde la pobre sopa
a la olvidada boca del hambriento.

Sí,
cuchara,
trepaste
con el hombre
las montañas,
descendiste los ríos,
llenaste
embarcaciones y ciudades,
castillos y cocinas,
pero
el difícil camino
de tu vida
es juntarte
con el plato del pobre
y con su boca.

Por eso el tiempo
de la nueva vida
que
luchando y cantando
proponemos
será un advenimiento de soperas,
una panoplia pura
de cucharas,
y en un mundo
sin hambre
iluminando todos los rincones,
todos los platos puestos en la mesa,
felices flores,
un vapor oceánico de sopa
y un total movimiento de cucharas.





28 feb 2017

JOSÉ MARTÍ


JOSÉ MARTÍ

Nació en La Habana en 1853. Pudo cursar estudios secundarios con muchas dificultades(por los escasos recursos económicos de su familia) y gracias a la ayuda del maestro Rafael Mendive.
Ya en su adolescencia escribió diversos poemas, una obra teatral y textos de tinte político. Por problemas con las autoridades españolas de la isla, fue desterrado. Vivió en Madrid, luego en México, donde conoció a Carmen Zayaz Bazán, con quien se casó. Fue deportado nuevamente a España, escapó a Francia y viajó a Estados Unidos, donde trabajó como periodista de arte. Continuó su campaña de agitación y propaganda contra el gobierno del imperio español, e invadió Cuba en 1895, año en el que muere en un combate en Dos Ríos a causa de heridas de balas recibidas.

Obras:
  • El presidio político en  Cuba (1871)
  • Ismaelillo (1882)
  • La edad de oro(1889)
  • Versos sencillos (1891)
  • Versos Libres (1913)




POEMA IX
de
José Martí


Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda.

...Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor:
él volvió, volvió casado:

ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores.

..Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador:
él volvió con su mujer:
ella se murió de amor.

Como de bronce candente
al beso de despedida
era su frente ¡la frente
que más he amado en mi vida!

...Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor:
dicen que murió de frío:
yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador:
¡nunca más he vuelto a ver


a la que murió de amor!


POEMA XXXIX

Cultivo una rosa blanca
en julio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo
cardo ni ortiga cultivo,
cultivo la rosa blanca.






                    

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ROBERTO ARLT

ROBERTO ARLT

Nació en Buenos Aires en 1900. Siendo un adolescente, publica un artículo en "La revista popular" (1916). En 1922 se casa con Carmen Antinucci. Trabaja en diversos diarios y revistas de Buenos Aires. Al tiempo que escribe su narrativa, estrena sus propias obras teatrales. Fue aficionado a los inventos de productos novedosos. Falleció en 1942.

Producción:
  • Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires (1920)
  • El juguete rabioso (1926)
  • Los siete locos (1929)
  • Los lanzallamas (1931)
  • El amor brujo (1932)
  • 300 millones (1933)
  • El jorobadito (1933)
  • El fabricante de fantasmas (1936)
  • Saverio el cruel (1936)
  • El criador de gorilas (1936)
  • Una prueba de amor (1937)
  • La isla desierta (1938)
  • África (1938)
  • La fiesta de hierro (1940)
  • El desierto entra a la ciudad (1942)




LA ISLA DESIERTA
(Burlería en I Acto)
de

Roberto Arlt
PERSONAJES
El jefe
Empleada 1ª
Manuel
Empleada 2ª
María
Empleada 3ª
Empleado 1º
Cipriano (mulato)
Empleado 2º
Director
Tenedor de libros

ACTO ÚNICO
ESCENA  
Oficina rectangular blanquísima, con ventanal a todo lo ancho del salón, enmarcando un cielo infinito caldeado en azul. Frente a las mesas escritorios, dispuestos en hilera como reclutas, trabajan, inclinados sobre las máquinas de escribir, los empleados. En el centro y en el fondo del salón, la mesa del Jefe, emboscado tras unas gafas negras y con el pelo cortado como la pelambre de un cepillo. Son las dos de la tarde, y una extrema luminosidad pesa sobre estos desdichados simultáneamente encorvados y recortados en el espacio por la desolada simetría de este salón en un décimo piso 
EL JEFE. -Otra equivocación, Manuel.
MANUEL. -¿Señor?
EL JEFE. -Ha vuelto a equivocarse, Manuel.
MANUEL. -Lo siento, señor.
EL JEFE. -Yo también. (Alcanzándole la planilla.) Corríjala. (Un minuto de silencio.)
EL JEFE. -María.
MARÍA. -¿Señor?
EL JEFE. -Ha vuelto a equivocarse, María.
MARÍA. -(Acercándose al escritorio del JEFE). -Lo siento, señor.
EL JEFE. -También yo lo voy a sentir cuando tenga que hacerlos echar. Corrija.
Nuevamente hay otro minuto de silencio. Durante este intervalo pasan chimeneas de buques y se oyen las pitadas de un remolcador y el bronco pito de un buque. Automáticamente todos los EMPLEADOS enderezan las espaldas y se quedan mirando por la ventana.
EL JEFE. (Irritado) -¡A ver si siguen equivocándose! (Pausa)
EMPLEADO 1º. (con un apagado grito de angustia) -¡Oh! No; no es posible. (Todos se vuelven hacia él).
EL JEFE. (Con venenosa suavidad) -¿Qué no es posible, señor?
MANUEL. -No es posible trabajar aquí.
EL JEFE. -¿No es posible trabajar aquí? ¿Y por qué no es posible trabajar aquí? (Con lentitud) ¿Hay pulgas en las sillas? ¿Cucarachas en la tinta?
MANUEL. (Poniéndose de pie y gritando) -¡Cómo no equivocarse! ¿Es posible no equivocarse aquí? Contésteme. ¿Es posible trabajar sin equivocarse aquí?
EL JEFE. -No me falte, Manuel. Su antigüedad en la casa no lo autoriza a tanto. ¿Por qué se arrebata?
MANUEL. -Yo no me arrebato, señor. (Señalando la ventana.) Los culpables de que nos equivoquemos son esos malditos buques.
EL JEFE. (Extrañado) -¿Los buques? (Pausa.) ¿Qué tienen los buques?
MANUEL. -Si, los buques. Los buques que entran y salen, chillándonos en las orejas, metiéndosenos por los ojos, pasándonos las chimeneas por las narices. (Se deja caer en la silla.) No puedo más.
TENEDOR DE LIBROS. -Don Manuel tiene razón. Cuando trabajábamos en el subsuelo no nos equivocábamos nunca.
MARÍA. -Cierto; nunca nos sucedió esto.
EMPLEADA 1ª. -Hace siete años.
EMPLEADO 1º. -¿Ya han pasado siete años?
EMPLEADO 2º. -Claro que han pasado.
TENEDOR DE LIBROS. -Yo creo, jefe, que estos buques, yendo y viniendo, son perjudiciales para la contabilidad.
EL JEFE. -¿Lo creen?
MANUEL. -Todos lo creemos. ¿No es cierto que todos lo creemos?
MARÍA. -Yo nunca he subido a un buque, pero lo creo.
TODOS. -Nosotros también lo creemos.
EMPLEADA 2ª. - Jefe, ¿ha subido a un buque alguna vez?
EL JEFE. -¿Y para qué un jefe de oficina necesita subir a un buque?
MARÍA. -¿Se dan cuenta? Ninguno de los que trabajan aquí ha subido a un buque.
EMPLEADA 2ª. -Parece mentira que ninguno haya viajado.
EMPLEADO 2º. -¿Y por qué no ha viajado usted?
EMPLEADA 2ª. -Esperaba casarme ...
TENEDOR DE LIBROS. -Lo que es a mí, ganas no me han faltado.
EMPLEADO 2º. -Y a mí. Viajando es como se disfruta.
EMPLEADA 3ª. -Vivimos entre estas cuatro paredes como en un calabozo.
MANUEL. -Cómo nos equivocamos. Estamos aquí suma que te suma, y por la ventana no hacen nada más que pasar barcos que van a otras tierras. (Pausa) A otras tierras que no vimos nunca. Y que cuando fuimos jóvenes pensamos visitar.
EL JEFE. (Irritado) -¡Basta! ¡Basta de charlar! ¡Trabajen!
MANUEL. -No puedo trabajar.
EL JEFE. -¿No puede? ¿Y por qué no puede, don Manuel?
MANUEL. -No. No puedo. El puerto me produce melancolía.
EL JEFE. -Le produce melancolía. (Sardónico) Así que le produce melancolía. (Conteniendo su furor.) Siga, siga su trabajo.
MANUEL. -No puedo.
EL JEFE. -Veremos lo que dice el director general.  (Sale violentamente)
MANUEL. -Cuarenta años de oficina. La juventud perdida.
MARÍA. -¡Cuarenta años! ¿Y ahora? ...
MANUEL. -¿Y quieren decirme ustedes para qué?
EMPLEADA 3ª. -Ahora lo van a echar ...
MANUEL. -¡Qué me importa! Cuarenta años de Debe y Haber. De Caja y Mayor. De Pérdidas y Ganancias.
EMPLEADA 2ª. -¿Quiere una aspirina, don Manuel?
MANUEL. -Gracias, señorita. Esto no se arregla con aspirina. Cuando yo era joven creía que no podría soportar esta vida. Me llamaban las aventuras ... los bosques. Me hubiera gustado ser guardabosque. O cuidar un faro ... 
TENEDOR DE LIBROS. -Y pensar que a todo se acostumbra uno.
MANUEL. -Hasta a esto ...
TENEDOR DE LIBROS. -Sin embargo, hay que reconocer que estábamos mejor abajo. Lo malo es que en el subsuelo hay que trabajar con luz eléctrica.
MARÍA. -¿Y con qué va a trabajar uno si no?
EMPLEADO 1º. -Uno estaba allí tan tranquilo como en el fondo de una tumba.
TENEDOR DE LIBROS. -Cierto, se parece a una tumba. Yo muchas veces me decía: “Si se apaga el sol, aquí no nos enteramos” ...
MANUEL. -Y de pronto, sin decir agua va, nos sacan del sótano y nos meten aquí. En plena luz. ¿Para qué queremos tanta luz? ¿Podés decirme para qué queremos tanta luz?
TENEDOR DE LIBROS. -Francamente, yo no sé ...
EMPLEADA 2ª. -El jefe tiene que usar lentes negros ...
EMPLEADO 2º. -Yo perdí la vista allá abajo ...
EMPLEADO 1º. -Sí, pero estábamos tan tranquilos como en el fondo del mar.
TENEDOR DE LIBROS. -De allí traje mi reumatismo.
Entra el ordenanza CIPRIANO, con un uniforme color de canela y un vaso de agua helada. Es MULATO, simple y complicado, exquisito y brutal, y su voz por momentos persuasiva.
MULATO. -¿Y el jefe?
EMPLEADA 2ª. -No está. ¿No ve que no está?
EMPLEADA 3ª. -Fue a la Dirección ...
MULATO. (mirando por la ventana) -¡Hoy llegó el “Astoria”! Yo lo hacía en Montevideo.
EMPLEADA 2ª. (acercándose a la ventana) -¡Qué chimeneas grandes tiene!
MULATO -Desplaza cuarenta y tres mil toneladas ... 
EMPLEADO 1º. -Ya bajan los pasajeros ...
MANUEL. -Y nosotros quisiéramos subir.
MULATO. -Y pensar que yo he subido a casi todos los buques que dan vuelta por los puertos del mundo ...
EMPLEADO 2º. -Hablaron mucho los diarios ...
MULATO. -Sé los pies que calan. En qué astilleros se construyeron. El día que los botaron. Yo, cuando menos merecía ser ingeniero naval.
EMPLEADO 2º. -Vos, ingeniero naval ... No me hagas reír.
MULATO. -O capitán de fragata. He sido grumete, lavaplatos, marinero, cocinero de veleros, maquinista de bergantines, timonel de sampanes, contramaestre de paquebotes ...
EMPLEADO 2º. -¿Por dónde viajaste? ¿Por la línea del Tigre o por la de Constitución?
MULATO. (Sin mirar al que lo interrumpe) -Desde los siete años que doy vueltas por el mundo y juro que jamás en la vida me he visto entre chusma tan insignificante como la que tengo que tratar a veces ...
MARÍA. -( A Empleada 1ª) -A buen entendedor ...
MULATO. -Conozco el mar de las Indias. El Caribe, el Báltico ... hasta el océano Ártico conozco. Las focas recostadas en los hielos lo miran a uno como mujeres aburridas sin moverse ...
EMPLEADO 2º. -¡Ché, debe hacer un fresco bárbaro por ahí!
EMPLEADA 2ª. -Cuente, Cipriano, cuente. No haga caso.
MULATO. (sin volverse) -Aviada estaría la luna si tuviera que hacer caso de los perros que ladran. En un zampán me he recorrido el Ganges. Y había que ver los cocodrilos que nos seguían ...
MARÍA. -No sea exagerado, Cipriano.
MULATO. -Se lo juro, señorita.
EMPLEADO 2º. -Indudablemente, éste no pasó de San Fernando.
MULATO. (Violento) -A mí nadie me trata de mentiroso, ¿sabe? (Arrebatado, se quita la chaquetilla, y luego la camisa, que muestra una camiseta roja, que también se saca)
EMPLEADA 1ª. -¿Qué hace, Cipriano?
EMPLEADA 2ª. -¿Está loco?
EMPLEADA 3ª. -Cuidado, que puede venir el jefe.
MULATO. -Vean, estos tatuajes. Digan si éstos son tatuajes hechos entre la línea del Tigre o Constitución. Vean ...
EMPLEADA 2ª. -¡Una mujer en cueros!
MULATO. -Este tatuaje me lo hicieron en Madagascar, con una espina de tiburón.
EMPLEADO 2º. -¡Qué mala espina!
MULATO. -Vean esta rosa que tengo sobre el ombligo. Observen qué delicadeza de pétalos. Un trabajo de indígenas australianos.
EMPLEADO 2º. -¿No será una calcomanía?
EMPLEADA 2ª. -¡Qué va a ser una calcomanía! Este es un tatuaje de veras.
MULATO. -Le aseguro, señorita, que si me viera sin pantalones se asombraría ...
TODOS. -¡Oh ... ah! ...
MULATO. (Enfático) -Sin pantalones soy extraordinario.
EMPLEADA 1ª. -No se los pensará quitar, supongo.
MULATO. -¿Por qué no?
EMPLEADA 3ª. -No, no se los quite.
MULATO. -No voy a quedar desnudo por eso. Y verán que tatuajes tengo labrados en las piernas.
EMPLEADA 1ª. -Es que si entra alguien ...
EMPLEADA 3ª. -Cerrando la puerta. (Va a la puerta.)
MULATO. -(Quitándose los pantalones y quedando con un calzoncillo corto y rojo con lunares blancos) -Miren estos dibujos. Son del más puro estilo malasio. ¿Qué les parece esta guarda de monos pelando bananas? (Murmullo de “Oh ... ah ...”) Lo menos que merezco es ser capitán de una isla. (Toma un pliego de papel madera y rasgándolo en tiras se lo coloca alrededor de la cintura.) Así van vestidos los salvajes de las islas.
EMPLEADA 1ª. ¿A las mujeres también les hacen tatuajes ...?
MULATO. -Claro. ¡Y qué tatuajes! Como para resucitar a un muerto.
EMPLEADA 2ª. -¿Y es doloroso tatuarse?
MULATO. -No mucho ... Lo primero que hace el brujo tatuador es ponerlo a uno bajo un árbol ...
EMPLEADA 2ª. -Uy, qué miedo.
MULATO. -Ningún miedo. El brujo acaricia la piel hasta dormirla. Y uno acaba por no sentir nada.
EMPLEADO 1º. -Claro ...
MULATO. -Siempre bajo los árboles hay hombres y mujeres haciéndose tatuar. Y uno termina por no saber si es un hombre, un tigre, una nube o un dragón.
TODOS. -¡Oh, quién lo iba a decir! ¡Si parece mentira!
MULATO.  (Fabricándose una corona con papel y poniéndosela.) -Los brujos llevan una corona así y nadie los mortifica.
EMPLEADA 1ª. -Es notable.
EMPLEADA 2ª. -Las cosas que se aprenden viajando ...
MULATO. -Allá no hay jueces, ni cobradores de impuestos, ni divorcios, ni guardianes de plaza. Cada hombre toma la mujer que le gusta y cada mujer al hombre que le agrada. Todos viven desnudos entre las flores, con collares de rosas colgantes del cuello y los tobillos adornados de flores. Y se alimentan de ensaladas de magnolias y sopas de violetas.
TODOS. -Eh, eh ...
EMPLEADA 2ª. -¡Eh! ¡Cipriano, que no nacimos ayer!
MULATO. -Juro que se alimentan de ensaladas de magnolias.
TODOS. -No.
MULATO. -Sí.
EMPLEADO 2º. -Mucho ... mucho ...
MULATO. -Digo que sí. Y además los árboles están siempre cargados de toda clase de fruta.
MANUEL. -No será como la que uno compra aquí, en la feria.
MULATO. -Allá no. Cuelgan libremente de las ramas y quien quiere, come y quien no quiere, no come ... y por la noche, entre los grandes árboles, se encienden fogatas y ocurre lo que es natural que ocurra entre hombres y mujeres.
EMPLEADA 1ª. -¡Qué países, qué países!
MULATO. -Y digo que es muy saludable vivir así libremente. Al otro día la gente trabaja con más ánimo en los arrozales y si uno tiene sed (toma el vaso de agua y bebe) parte un coco y bebe su deliciosa agua fresca.
MANUEL. -(Tirando violentamente un libro al suelo) -¡Basta!
MULATO. -¿Basta qué?
MANUEL. -Basta de noria. Se acabó. Me voy.
EMPLEADA 2ª. -¿A dónde va, don Manuel?
MANUEL. -A correr mundo. A vivir la vida. Basta de oficina. Basta de malacate. Basta de números. Basta de reloj. Basta de aguantarlo a este otro canalla. (Señala la mesa del jefe. Pausa. Perplejidad.)
EMPLEADO 1º. -¿Quién es el otro?
TODOS. -¿Quién es?
MANUEL. -(Perplejo) -El otro ... el otro ... el otro ... soy yo.
EMPLEADA 3ª. -¡Usted don Manuel!
MANUEL. -Sí, yo; que desde hace veinte años le llevo los chismes al jefe. Mucho tiempo hacía que me amargaba este secreto. Pero trabajábamos en el subsuelo y en el subsuelo las cosas no se sienten.
TODOS. -¡Oh! ...
EMPLEADO 1º. -¿Qué tiene que ver el subsuelo?
MANUEL. -No sé. La vida no se siente. Uno es como una lombriz solitaria en un intestino de cemento. Pasan los días y no se sabe cuándo es de día, cuándo es de noche. Misterio. (Con desesperación) Pero un día nos traen a este décimo piso. Y en el cielo, las nubes, las chimeneas de los transatlánticos se nos entran en los ojos. Pero entonces, ¿existía el cielo? Pero entonces, ¿existían los buques? ¿Y las nubes existían? ¿Y uno, por qué no viajó? Por miedo. Por cobardía. Mírenme. Viejo. Achacoso. ¿Para qué sirven mis cuarenta años de contabilidad y de chismerío?
MULATO. (Enfático) -Ved cuán noble es su corazón. Ved cuán responsables son sus palabras. Ved cuán inocentes son sus intenciones. Ruborizaos, amanuenses. Llorad lágrimas de tinta. Todo vosotros os pudrireis como asquerosas ratas entre estos malditos libros. Un día os encontrareis con el sacerdote que vendrá a suministraros la extramaunción. Y mientras os unten con aceite la planta de los pies, os direis: “¿Qué he hecho de mi vida? Consagrarla a la teneduría de libros. Bestias.
MANUEL. -Quiero vivir los pocos años que me quedan de vida en una isla desierta. Tener mi cabaña a la sombra de una palmera. No pensar en horarios.
EMPLEADO 1º. -Iremos juntos, don Manuel.
MARÍA. -Yo iría, pero para cumplir este deseo tendría que cobrar los meses de sueldo que me acuerda la ley 11.729.
EMPLEADO 2º. -Para que nos amparase la ley 11.729, tendrían que echarnos.
MULATO. -Aprovechen ahora que son jóvenes. Piensen que cuando les estén untando con aceite la planta de los pies no podrán hacerlo.
MARÍA. -La pena es que tendré que dejar a mi novio.
EMPLEADO 2º. -¿Por qué no lo conserva en un tarro de pickles?
EMPLEADA 2ª. -Cállese, odioso.
MULATO. -Señores, procedamos con corrección. Cuando don Manuel declaró que él era el chismoso, una nueva aurora pareció cernirse sobre la humanidad. Todos le miramos y nos dijimos: “He aquí un hombre honesto; he aquí un hombre probo; he aquí la estatua misma de la virtud cívica y ciudadana”. (Grave.) Don Manuel. Usted ha dejado de ser don Manuel. Usted se ha convertido en Simbad el Marino.
EMPLEADA 3ª. -¡Qué bonito!
MANUEL. -Ahora, lo que hay que buscar es la isla desierta.
TENEDOR DE LIBROS. -¿Hay todavía islas desiertas?
MULATO. -Sí, las hay. Vaya si las hay. Grandes islas. Y con árboles de pan. Y con plátanos. Y con pájaros de colores. Y con sol desde la mañana a la noche.
EMPLEADO 2º. -¿Y nosotros? ...
MULATO. -¿Cómo nosotros?
EMPLEADA 2ª. -¿Claro? ¿Y a nosotros nos van a largar aquí?
MULATO. -Vengan ustedes también.
TODOS. -Eso ... vámonos todos.
MULATO. -Ah ... y qué les diré de las playas de coral.
EMPLEADA 1ª. -Cuente, Cipriano, cuente.
MULATO. -Y los arroyuelos cantan entre las breñas. Y también hay negros. Negros que por la noche baten el tambor. Así.
El MULATO toma la tapa de la máquina de escribir y comienza a batir el tam tam ancestral, al mismo tiempo que oscila simiesco sobre sí mismo. Sugestionados por el ritmo, van entrando todos en la danza.
MULATO. (A tiempo que bate el tambor) -Y también hay hermosas mujeres desnudas. Desnudas de los pies a la cabeza. Con collares de flores. Que se alimentan de ensaladas de magnolias. Y hermosos hombres desnudos. Que bailan bajo los árboles, como ahora nosotros bailamos aquí ...
De aromas ...
Histéricamente todos los hombres se van quitando los sacos, los chalecos, las corbatas; las muchachas se recogen las faldas y arrojan los zapatos. El MULATO bate frenéticamente la tapa de la máquina de escribir. Y canta un ritmo de rumba.
La hoja de la bananera
De verde ya se madura
Quien toma prenda de joven
Tiene la vida segura.
La danza se ha ido generalizando a medida que habla el MULATO, y los viejos, los empleados y las empleadas giran en torno de la mesa, donde como un demonio gesticula, toca el tambor y habla el condenado negro.
Y bailan, bailan, bajo los árboles cargados de frutas ...  
La hoja de la bananera ...

EL JEFE. -(entrando bruscamente con el DIRECTOR, con voz de trueno) -¿Qué pasa aquí?
MARÍA. -(después de alguna vacilación) -Señor ... esta ventana maldita y el puerto ... Y los buques ... esos buques malditos ...
EMPLEADA 2ª. -Y este negro.
DIRECTOR. -Oh ... comprendo ... comprendo. (Al JEFE) Despida a todo el personal. Haga poner vidrios opacos en la ventana.
TELÓN